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sábado, 3 de julio de 2010

CARTA A RICARDO FALCON

QUERIDO RICARDO: no voy a poder cumplir la promesa de escribir tu obituario, como me lo hiciste prometer el domingo, mientras tomabas una copa de vino tinto. Te recuerdo que la promesa original era charlar sobre nuestros "negocios" como vos decias, el miércoles. Ya que no cumpliste, me eximo de mi promesa. Por otra parte sabes muy bien que no me salen ni los obituarios ni los panegiricos... Estoy seguro ademas que tampoco te gustan demasiado, ya lo hemos discutido alguna vez, en esas interminables mesas en las que jugábamos a que teníamos charlas trascendentales. En realidad vos nos hacias creer que eramos unos grandes intelectuales debatiendo grandes problemas, y asi nos incluias a compañeros de trabajo, alumnos, taxistas, mozos de bar y una larga lista de etceteras...


Sos un farsante maravilloso, que convertis a tu interlocutor en alguien importante, en esa suerte de mayéutica que practicaste siempre... Si no fuera porque se que compartimos convicciones liberales, diria que sos un populista y un demagogo, pero no me puedo excluir de tus juegos, que son muchos. Casi todos centrados en tu persona: como ese que decis - Hoy es el primer dia de la semana que tomo.... o

- Deje de fumar hace 3 meses; mientras con total impunidad blandis un Parisienne, tomas un Whisky camuflado y yo asiento haciendome el pelotudo...

Es domingo, 27 de junio de 2010, estoy en un bar (¿podia ser de otra manera?) charlando con vos, jugando con vos, involucrandome en tus farsas, creyendo en tus historias de mafia, y quiero que este momento no termine, porque presiento que puede ser el último y generalmente no me equivoco. Sin embargo, me termino despidiendo como cualquier dia, con la promesa incumplible de seguir charlando y de escribir un obituario imposible.

UN ABRAZO

MARIO

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